El ego y sus mecanismos
Se habla mucho sobre esa parte de nosotros llamada ego, sin embargo, se nos hace confuso identificarla sin entender por que existe y cuales son los mecanismos que aplica para obtener el dominio.
Según la Madre María, el ego es “una energía neutra”, porque si bien muchas veces pudimos haber escuchado que nuestra meta era matar o dominar al ego, la verdad es que el ego es una energía necesaria para encarnar en este planeta y no es una energía ni buena ni mala por si misma, simplemente actuará de un modo sano o enfermo dependiendo de cómo lo hemos alimentado y fortalecido como energía en nosotros.-
Un ego sano se incorporará armoniosamente a nuestro ser, impulsando nuestro avance. Un ego enfermo tratará de separarnos de nuestro verdadero ser y del resto de la creación.-
Hay una pregunta que suele quedar sin respuesta: ¿Quién soy?
El ego es la parte de nuestra mente que trata constantemente de contestarnos esa pregunta. El ego va recolectando información a través de todas las experiencias de nuestra vida y así crea una estructura que va creciendo y aprendiendo de nosotros.
Para poder interactuar en esta realidad, el ego es imprescindible, para poder vivir esta realidad, necesitas ser conciente de tu cuerpo, del país donde vives, tu dirección, el nombre de tus padres, de tu pareja, tus hijos, tu profesión, que te gusta y que no te gusta, tus amigos, tus conocimientos, es decir a medida que vamos creciendo, ese banco de datos se amplia y crece, definiéndote como individuo.
El ego le da forma a la información y nos define como individuos, el ego es un gran protector y es vital para nosotros. Si vas a operar a una persona y tu no eres médico, el ego encenderá las alarmas y gritará, “alto, yo no soy médico cirujano”
Hasta aquí todo bien, entonces ¿cuál es el problema con el ego?
Uno de los problemas con el ego es que se desarrolla tomando como base la realidad que nos rodea y en la que vivimos
Para decirte lo que eres, el ego utiliza el mecanismo de la separación, creando un muro de lo que el cree que no eres.
Pero tú eres mucho más de lo que el ego pueda creer que eres en cualquier momento de tu vida, y esta realidad en la que estamos es solo un ínfimo espectro de la realidad de la creación.
Somos seres espirituales, multidimensionales, somos un espíritu viviendo esta realidad, somos una chispa de Dios. Pero cualquier cosa que el ego no pueda medir, razonar, clasificar, darle un sentido acorde a esta realidad, lo sacará inmediatamente de ti y dirá : esto no soy yo, esto está fuera de mi, esto es peligroso.
El ego deduce rápidamente que esta es una realidad dual y polarizada, que todo está clasificado en bueno-malo; blanco-negro; masculino-femenino; alto-bajo, etc. y para que seas aceptado y puedas relacionarte con otras personas (egos)
Comenzara a aceptar lo que tú y (los otros egos) juzguen como positivo y descartará todo lo que considere “negativo”. De esta manera el ego esconde todos los aspectos o cualidades que considera negativas o destructivas y nos dice que no somos eso, que eso no está en nosotros.
El ego crece y se desarrolla a nuestra par, por eso cuanto más inteligente seamos, más inteligente se vuelve el ego, cuanto más evolucionamos, más evoluciona el ego. Pero un ego enfermo, sabe que cuanto más se amplíen nuestros horizontes, que cuanto menos estemos separados de la creación, que cuanto más conozcamos nuestra realidad multidimensional y la podamos vivir y expresar, que cuanto más sanemos, cuanto menos cosas vayan quedando fuera nuestro, nuestro verdadero ser se hará más fuerte, más grande y como resultado, más pequeño y débil se hace el. El ego no quiere desaparecer y hará todo lo posible para seguir existiendo.
Todos tenemos ego y actuamos a través del ego, no debemos avergonzarnos. Todos los Maestros que han encarnado en el planeta han tenido un ego con el cual poder interactuar; pero estos Maestros nos han demostrado lo que es tener un ego sano y ser lo que realmente somos. Nos dejaron valiosas enseñanzas para que nosotros también podamos hacerlo, pero justamente nuestros egos que están bastante enfermos y quieren mantener el control, nos dicen que estas enseñanzas no son parte de esta realidad y no son parte de nosotros.
Una vez que entendamos como opera el ego para separarnos de nuestra esencia multidimensional, es posible detectar sus jugadas magistrales.-
Evolución hacia el ego para ascender hacia el Ser Superior
Nos preocupamos de vincularnos con nuestro Ser Superior, pero no de hacerlo con nuestro ego.
Pretendemos trascender esta dimensión humana evitando el ego. Pero el ego está ahí, como una parte nuestra. No es nuestro enemigo, es la parte nuestra que define como aspiramos a desarrollarnos con el entorno.
Solo se realizará un auténtico contacto con el Ser Superior si en nuestros ejercicios para trascender este plano humano llevamos incorporado el ego.
El ego hay que trascenderlo, no hay que rechazarlo. Solo se trasciende aquello en lo que uno se adentra. Solo podemos entonces, trascender esta dimensión y el sufrimiento implícito en ella con el ego integrado, solo así se le vence. No es una lucha contra el, sino con el. Se trata de fusionar, no de dividir.
El ego se desarrolla dentro de los márgenes en los que puede moverse, y somos nosotros quienes marcamos los límites. Para muchos el ego es terrible, porque hemos querido obviarlo en logar de conocerlo e interactuar con el. Pero el ego siempre se realiza, siempre va a desarrollar su potencial, y si no le damos lugar en nuestra vida, en nuestro entorno personal, social, emocional, si no le dejamos realizarse en este ámbito, lo hará dentro de nuestro cuerpo.
El ego nos hace enfermar, pero el ego no es la enfermedad. Somos nosotros quienes al no permitirle un lugar de desarrollo, lo bloqueamos de tal forma que termina apoderándose de nuestro cuerpo para representar en el aquello que hemos ahogado en nuestro carácter, en nuestro medio. De tal forma, cuando el ego se desarrolla en el cuerpo, da lugar a la enfermedad. Pero el ego, no es en principio enfermedad, es realización.-
Hay que escucharlo, hacerse uno con el, y después, solo después de haberlo fusionado, poner la mirada en el Ser Superior.-
El ego está relacionado con los tres chakras inferiores (nivel material, sensitivo, mental inferior).
La enfermedad es el ego atrapado en el cuerpo. Este ego atrapado en el cuerpo, también representa el lado oscuro de la persona, lo oculto, lo silenciado. La enfermedad representa esto: el ego bloqueado, el lado oscuro que surge a la luz por la fuerza, sin nuestro consentimiento, como puede.
Muchas personas juzgadas como maravillosas enferman y a veces mueren. Personas que no crean conflictos con el exterior, definidas como buenas. Personas que tienen el conflicto dentro, personas con su ego bloqueado.
También hay personas juzgadas como malas que no sufren ninguna enfermedad, gente que choca con el entorno, definidas como egoístas, conflictivas. Estas siguen el mandato de sus egos y no les importa el impacto en los demás.-
La clave está en no ser esclavo del ego, pero tampoco someterlo. La clave está en sumergirse en el, conocerlo y aceptarlo como parte de lo que somos y hemos de desarrollar, sin hacer daño a nadie, pero si satisfaciéndonos a nosotros mismos y entonces fusionarnos y convertirnos uno con el, de modo que si queremos ascender de dimensión no tengamos contradicciones, ni nada escondido y podamos liberarnos al fin.
El ataque y la supervivencia del ego
Si nosotros nos damos cuenta de que somos mucho más de lo que el ego nos dice que somos, si nos hacemos responsables y comenzamos a cambiar la realidad hacia una realidad de amor y unión, el ego irá sanando. Su existencia neurótica depende de lo separado que nos sintamos de Dios, de nosotros mismos y de los demás. Por este motivo, negar toda nuestra oscuridad y proyectarla a otros y luego separarnos de los otros, es un mecanismo muy inteligente que utiliza el ego para mantenernos estancados. Cuanto mas medito en estos mecanismos del ego, más sorprendido me siento, con el grado de inteligencia de los mismos.-
Al ego le encanta la culpa, si nos sentimos culpables es porque consideramos que algo hicimos, que merecemos un castigo.
Para liberarme del castigo, nada mejor que decir que no es mi culpa y proyectarla afuera, buscar un culpable afuera de mi. Pero el hecho de proyectar la culpa en otros, aunque aparentemente me libera a mí de todo ese miedo, en realidad lo esta reforzando, porque me confirma una y otra vez, que vivimos en un mundo donde el pecado existe y hay cosas horribles que hacemos y que merecen castigo y que nosotros no podemos hacer nada al respecto.
El ego dice, esta culpa que sientes no está en ti, está en el otro (o una situación o cosa). Una vez que coloca la culpa en otro, obviamente el otro es el pecador, un ser con cualidades muy negativas y destructivas, del cual me tengo que separar. Para separarme lo ataco. Pero resulta que cualquier ataque a otro, seamos concientes o no de ello, nos genera más culpa. Parece ser que psicológicamente, al hacer daño o atacar a otros, nos sentimos culpables a niveles profundos. Cuando atacamos a alguien, ya sea física, emocional o psicológicamente sentimos que nuevamente hemos pecado y por lo tanto aparecerá la culpa y el miedo al castigo. Y nos preparamos para defendernos contra el castigo (el ataque), que el otro ego a su vez mandará contra nosotros. La guerra no termina y nos seguimos separando.
Como herramienta para liberarnos de la culpa, el ego utiliza un mecanismo que genera más ataque y más culpa, lo cual es realmente muy astuto si consideramos que el ego está buscando sobrevivir y para que sobreviva debemos estar separados.
El ataque es un pedido de Amor. Cada vez que atacamos, en realidad estamos diciéndonos y diciéndole al mundo : ¡Ámenme, necesito amor!. Muchos de nosotros tenemos muchas maneras de atacarnos a nosotros mismos a través de armas externas como la droga, el alcohol, la violencia y también a través de formas muy sofisticadas y sutiles de auto destrucción, ya no podemos con el peso de nuestro odio y miedo interior y gritamos desesperadamente y de cualquier manera posible: ¡Necesito amor! Si ves a un hermano atacándose o atacándote y, antes de preparar tu propia defensa y ataque, puedes, aunque sea por un segundo, darte cuenta de que su ataque te habla de tu propio odio interior, de tu propio miedo, de tu propia necesidad de amor, entonces habrás comenzado a abrir tu corazón y habrás comenzado a acortar el camino que nos separa del Amor. Lo habrás hecho no solo para ti mismo, sino para todos, porque habrás comenzado a cambiar la realidad.-